La ciudad de Azraq no tiene nada especialmente atractivo, pero cuenta con una fortaleza que vale la pena visitar, el castillo Qasr Al-Azraq, donde Lawrence de Arabia pasó una temporada. Es una buena introducción a los castillos más importantes y más alejados de la carretera. Me gustaron mucho las explicaciones del guía en el lugar, fue muy dinámico.
Disfruté también de la visita de la reserva de Azraq en la salida de la ciudad, de hecho es lo que queda de un oasis (el 15% de la superficie) que se ha convertido en la reserva de agua de Ammán... Desde entonces, el bombeo se ha detenido, pero el oasis ha quedado muy reducido en la actualidad. Caminamos a lo largo de un recorrido corto aunque agradable por un estanque, bordeado de plantas botánicas. Hay bastantes explicaciones sobre los ecosistemas que viven por aquí, está muy bien hecho. Se pueden observar muchos pájaros, es un lugar tranquilo.