Awra Amba es un pueblecito al noroeste de la capital, Adís Abeba, en la región de Amhara. Esta aldea se ha hecho famosa dentro y fuera de Etiopía, no por tener un encanto especial o paisajes bonitos, sino por la comunidad que vive allí y por los valores que comparten.
Awra Amba no es una aldea más, sino una comunidad muy especial. Fue creada en 1972 por Zumra Nuru y unas sesenta personas más y, desde entonces, el número de miembros ha ido creciendo. Allí no reinan ni el cristianismo ni el islam, que son las religiones mayoritarias en el país. Su dogma es la igualdad. Rompen así con la tradición: cualquier forma de sexismo está prohibida. Los valores en los que se basa esta comunidad son la igualdad y la solidaridad. Se suprimen la dominación y la búsqueda del beneficio propio.
La historia de cómo Zumra Nuru Mohammad llegó a fundar esta comunidad es como para hacer una película. Zumra Nuru era hijo de un granjero, no sabía leer, ni siquiera firmar con su nombre. Un día decidió rebelarse contra la sociedad en la que vivía: la desigualdad entre sexos, el maltrato a las personas mayores, la explotación laboral, los castigos crueles que recibían los niños... Así decidió construir una aldea en Awra Amba en 1972, junto con otras cuantas familias, todas ellas analfabetas. Esto no gustó a la población de la región, que vivía anclada en la religión y el conservadurismo. La comunidad fue perseguida durante cuatro años (de 1989 a 1993), tras los cuales solo una veintena de personas regresó a la aldea. Parte de las tierras les habían sido arrebatadas. En 2010 la aldea contaba ya con 412 habitantes.
Hoy en día, Awra Amba es famosa, sobre todo por la cuestión de la igualdad de sexos. Allí las mujeres y los niños gozan de igualdad frente a los hombres. Así nos lo explica el fundador: «Para empezar, introdujimos la igualdad en el trabajo. Aquí las tareas no se asignan según el sexo, sino por las capacidades y los gustos de cada cual. Solo el embarazo y la lactancia son exclusivos de las mujeres». Es decir, que los hombres pueden encargarse de cuidar a los niños, hilar o cocinar y que las mujeres pueden labrar o tejer. Se respetan los derechos de las mujeres y no están permitidos los matrimonios forzados ni concertados.
No fue hasta 2006 cuando el resto de la sociedad etíope oyó hablar de este ejemplo de vida igualitaria. Fue con una entrevista a Zumra Nuru en la televisión nacional. Desde entonces han visitado el lugar numerosos miembros del gobierno, ONGs locales e internacionales y líderes religiosos. En 2009 recibieron a seis mil visitantes etíopes y también extranjeros.
Tú también puedes ir a conocer la aldea de Awra Amba. Incluso encontrarás allí un centro de visitantes donde te contarán la historia de la fundación de la comunidad y los valores que comparten. Un(a) guía te enseñará las distintas instituciones con las que cuentan, como la escuela o la residencia de ancianos (si es que la podemos llamar así), y también las viviendas. Además, han construido un albergue y una cafetería para los turistas y demás visitantes. Así consiguen una fuente adicional de ingresos. El salario medio de sus habitantes es el doble que en los pueblos de alrededor.