Irlanda, entre tierras salvajes y tradiciones vivas
Una naturaleza en estado puro
Acantilados esculpidos por el viento, colinas de un verde intenso, páramos desiertos y playas azotadas por el Atlántico: Irlanda despliega una belleza salvaje, a menudo silenciosa, siempre impresionante. Desde la Calzada de los Gigantes hasta Connemara, cada paisaje parece guardar una leyenda milenaria. Conduce por la inmensidad, camina bajo la lluvia y respira una sensación única de libertad.
Un pueblo amable y animado
Al cruzar la puerta de un pub, las risas estallan, las copas chocan y los violines suenan. En Irlanda, la hospitalidad es algo natural y el humor, un idioma común. Te cuentan historias como si te ofrecieran un té: con corazón y picardía. Es un país donde, sin saber muy bien por qué, te sientes en casa nada más llegar.
Un legado vivo y accesible
Por todas partes aflora el pasado: ruinas monásticas en un campo, un castillo medieval en una colina, cruces celtas perdidas en la niebla. El patrimonio irlandés se descubre sin esfuerzo, recorriendo carreteras y pueblos. Entre museos íntimos y vestigios al aire libre, explora mil años de historia que ha dejado de vibrar en el presente.
Nuestros consejos para un viaje más responsable en Irlanda
En Irlanda, los retos del turismo sostenible se centran en conservar los paisajes naturales y el patrimonio cultural del país. El rico legado de Dublín y los paisajes que bordean la Wild Atlantic Way son el corazón del turismo responsable en Irlanda.
Nuestras agencias locales, conscientes de estos temas, te ayudarán a tomar las mejores decisiones. Te aconsejarán viajar en las temporadas intermedias, de abril a junio y de septiembre a octubre. También te propondrán explorar zonas menos concurridas como la península de Beara, el condado de Cork o la costa de Sligo, un lugar destacado para el surf y las leyendas locales.