Crisis económica, corrupción, estabilidad política banquera, guerras entre tribus, ataques terroristas... A primera vista, la situación de Kenia no pinta muy bien. Pero esto no debe hacerte renunciar a irte de viaje por Kenia. De hecho, ya hay un cierto optimismo con respecto a la situación actual. Los turistas han seguido llegando y la creación del "East African Shilling" permite conservar la esperanza en cuanto al futuro económico del país.
Desde hace ya diez años, Kenia se ha visto sacudida por una gran inestabilidad política. Las guerras entre partidos e incluso en un mismo partido, los casos de corrupción y las ambiciones de unos que se ejercen en perjuicio de otros, hacen que la vida política de Kenia sea muy animada.
Aunque parece que en la actualidad la situación se ha calmado un poco. Pero quizá no sea más que una fachada. Para que se le conceda algo de crédito a esta esperanza de renovación, el gobierno ha establecido una nueva constitución. Ya no hay primer ministro en Kenia, por lo que tampoco se pueden acumular puestos de diputados y ministros. Las últimas novedades son el establecimiento de un Senado y una Corte suprema, que el presidente será elegido por el Parlamento y que también podrá ser destituido en cualquier momento.
El problema principal al que el gobierno debe hacerle frente hoy en día es la guerra contra el terrorismo. Nairobi ha sufrido varios atentados y la zona fronteriza con Somalia es víctima de los Shebabs que están haciendo estragos en la región.
Hoy en día, el sector de la agricultura informa de que un cuarto del PIB se consigue gracias a la producción de la horticultura y el té. Aunque el país es un gran productor de flores, no se puede decir que el sector sea de los que más están floreciendo.
Para rescatar a esta economía frágil, el turismo intenta por todo los medios que el país se mantenga a flote. Kenya es el destino favorito de esta parte del continente, la referencia principal en lo que concierne a los safaris. Hasta hoy en día, el país ha acogido todos los años a más de un millón de visitantes y ha sabido adaptarse a través del desarrollo de sus infraestructuras turísticas. Por desgracia, la ola de atentados y los secuestros de los últimos años han conseguido disminuir los porcentajes del sector. Los vecinos como Tanzania, Botswana o África del Sur han sabido aprovecharse de estas tragedias para conseguir atraer cada vez más turistas.
Aún consiguiendo mantener a un gran número de visitantes, el sector del turismo en Kenia depende todavía demasiado de la evolución de la situación. Todo se pone siempre en entredicho muy rápido y es difícil hacer previsiones reales teniendo en cuenta tal inestabilidad.