Camaleones, lémures, baobabs, plantas carnívoras: las especies malgaches son portadoras de una herencia genética que mantiene ocupados a los biólogos. La biodiversidad de Madagascar ofrece una fauna y flora que no concuerdan con el aislamiento de la zona, al revés de lo que sucede en otros continentes. Aún así, en este desierto, las únicas especies peligrosas para el hombre son los mosquitos y los cocodrilos.
En los muchos paisajes de Mada la rouge, casi el octavo continente por su carácter único y enigmático, los aficionados a la fotografía podrán captar múltiples curiosidades de la naturaleza.
En Madagascar, los emblemáticos primates se transforman ante nosotros en peluches articulados. Su nombre deriva de los lemures, los fantasmas de la antigüedad. Estos primates están rodeados de muchas supersticiones: en la antigüedad se les consideraba los portadores de las almas de los muertos. Estas creencias han salvado a la especie de la cacería sistemática: para muchos grupos étnicos de Madagascar, es "fady" (tabú) matar a un lemur.
La forma de vida de los lémures es fascinante. Algunas especies han desarrollado formas de rituales funerarios, y se dice que los lémures Maki catta derraman lágrimas cuando un miembro del grupo muere. Totalmente adaptados al entorno, los lémures cuidan sus heridas gracias a la farmacopea natural. Según una leyenda de Madagascar, fueron los lémures quienes enseñaron a los primeros habitantes de la isla cómo usar las plantas medicinales de la selva.
El pelaje suave de los lémures que se pasean de rama a rama y el color amarillo de sus ojos seducirá a los amantes de fotografiar la vida salvaje.
Aquí tienes cinco sitios donde puedes verlos
- Al norte de la isla, cerca de Nosy Be, en la tranquilidad de la isla deNosy Komba.
- A tres horas de la capital, en la selva tropical de lParque Nacional de Andasibe, hogar de 14 especies de lémures.
- El pueblo reserva de Anja, cerca de la N7, es un paraíso para los lémures Maki catta, que se distinguen por su cola anillada negra y blanca y sus movimientos gatunos.
- El parque nacional de Ranomafana permite observar a especies de lémures muy raras. En este hábitat húmedo y denso, tenemos que recurrir a los expertos para seguir los rastros de los animales en el bosque.
- El parque nacional de Isalo es muy rico como campo de la exploración de las diferentes especies de lémures, de las más mansas. En las gargantas más húmedas y boscosas podremos acercarnos a los sublimes Sifaka, a los traviesos Varika (lémur marrón particularmente sociable cuando detecta un picnic) y los fotogénicos Maki Catta, que toman largos baños de sol ante la mirada atónita de los excursionistas.
Para inmortalizar a estos animales a buen teleobjetivo de hasta 400 mm es muy útil. Pero la herramienta básica para cualquier aficionado de la fotografía salvaje no se compra en tiendas especializadas: es la paciencia lo que determinará nuestras posibilidades de encontrarnos con las especies más raras. Una actitud "mora-mora" es indispensable. Tenemos que ser lentos como un camaleón y muy discretos.