Cinco ideas para viajar de otro modo
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En Evaneos, en lugar de privarnos de viajar o de adoptar posiciones (demasiado) radicales, preferimos reflexionar sobre cómo hacerlo de otra manera. Hemos recopilado aquí cinco de nuestras ideas para viajar de otro modo, de una forma más auténtica y también más responsable. Viajar a lugares más cercanos, durante más tiempo, fuera de los caminos trillados, en transporte no motorizado o en tren... Hay muchas maneras de transformar (lo mejor que se pueda) el impacto de tu viaje.
1. Haz una inmersión local, sin gafas ni tubo
Respira profundamente y ve al encuentro de las comunidades locales del mundo entero en una experiencia auténtica y colorida. Para nosotros resulta obvio: los encuentros y el descubrimiento de otras culturas es uno de los principales impactos positivos de viajar. Y hacerlo con las agencias locales es muy a menudo la única manera de hacerlo adecuadamente, con respeto y generosidad.
Costa Rica en buena compañía: con el pueblo bribri
Descubre una de las muchas comunidades locales de este país conocido por su sentido de la hospitalidad. En los clanes y las familias bribris, las mujeres ocupan el lugar más importante (#GirlPower). Ellas son las que heredan las tierras y entregan así todo su patrominio a sus familias. Igualmente, la comunidad es conocida por ser experta en el cultivo y cosecha del cacao, que utilizan para elaborar una bebida sagrada.
Viajar a Mongolia, tierra del ger
Ante todo, ¡no les digas que viven en yurtas! Los mongoles serán categóricos al respecto: a pesar de que en ruso se empeñen en llamarlas «yurtas», para los mongoles (y en mongol) son «gers». El ger es esa famosa tienda de campaña desmontable y transporable típica de los pueblos nómadas y rurales. Aunque muchos mongoles viven en casas construidas, algunos siguen resistiendo en sus gers, ¡y está genial! Si quieres vivir este tipo de experiencia, lo mejor es que le escribas a Otgoo, nuestra experta local en el destino que te preparará con mucho mimo una estupenda estancia con un habitante, en mitad de la estepa.
Senegal sin clichés
Senegal es, claro está, su lago rosa, Dakar y el litoral atlántico, pero también sus muchos grupos étnicos, como los de la parte oriental del país. Entre ellos están los pueblos mandingá o bedik, que viven en las tierras altas. Estos últimos conservan sus creencias, costumbres y tradiciones, como los ritos de iniciación, y las distintas fiestas animistas en las que la cerveza de mijo se bebe a raudales. Podríamos hablar largo y tendido sobre esta experiencia, pero es mejor que vayas a vivirla tú mismo con Oumar o Suren, nuestros expertos locales.
2. Desplázate en medios de transporte de carbono 0% y placenteros al 100%
Hay un montón de maneras para reducir la huella de carbono cuando viajamos. Entre ellas está la opción de escoger trayectos que no consuman combustible, más allá del que produzcamos nosotros mismos. Nos ponemos unas hermosas botas de senderismo, subimos a una piragüa o nos montamos en bici para emprender una experiencia de bajas emisiones en carbono, pero ¡de una altísima calidad!
A pie
El senderismo (o las caminatas, para los más chapados a la antigua) es la actividad insignia de los adeptos al slow travel (o «el viajar lento», para los alérgicos al inglés). Después de haber llegado al destino de estas vacaciones consumiendo lo menos posible (el tren también mola), nos ataviamos para recorrer unos lugares espléndidos y protegidos. Disfrutaremos así de una aventura al ritmo de nuestras piernas, ¡ni más ni menos!
En bici
Para quienes prefieran sentir el viento en el pelo (con perdón para los calvos) y pisar el pedal (pero no el del coche, que aquí vamos a tope con el clima), ¿por qué no hacer un viaje en bici? En Europa tenemos la suerte de tener rutas ciclistas perfectamente acondicionadas, que permiten atravesar el continente de norte a sur y de este a oeste. Una de las rutas es la EuroVelo 1, o ruta de la costa atlántica, que va de Noruega a Portugal. O la EuroVelo 6, o ruta de los ríos, con la que puedes llegar hasta Rumanía desde Francia.
En kayak
Si eres de los que no se marean en el barco, o de los que les gusta lanzarse al agua, el kayak te permite hacer algunas rutas o partes de recorridos (casi) tumbado a la bartola. Puede que no lo parezca, pero ¡se hacen brazos! En Francia, Grecia, Italia, Indonesia, Tailandia, Canadá o Alaska. Hay muchos países en los que se puede navegar sin emisiones de carbono, ya sea por río o por mar. Confía en nuestros expertos locales para que te den los mejores consejos y te indiquen los mejores itinerarios.
3. Visita lugares inolvidables y libres de coches
De vez en cuando viene bien olvidarse del volante. Sobre todo porque quedan aún algunos lugares ajenos a los atascos y a las vueltas a la manzana para aparcar. Descubre tres de nuestros sitios preferidos en los que se fomenta la movilidad con calma para mantener el planeta sano y salvo.
Las islas Gili
Son tres islas situadas en la costa noroeste de Lombok, no muy lejos de Bali. Son islas no motorizadas: allí van a caballo, ¡y con razón! El único coche local, el Cidomo, es un pequño carro tirado por un caballo. Como curiosidad, Gili significa «isla» en la lengua local. Por lo que hablar de islas Gili sería «gili gili». Al menos a nosotros nos ha arrancado una risilla, pero seguramente sea porque somos un público fácil.
Tunø
Nos dirigimos a Dinamarca para descubrir esta pequeña isla, en la que la gente se mueve en bici o en los remolques de unos cuantos tractores que recorren la zona. Podrás añadir el Traxa-Vagn (vaya con el nombrecito) a tu lista de medios de transporte extraños en los que te hayas montado.
La isla de Sark
Frente a la costa de Francia hay un pedacito de paraíso en lo que se limitan las emisiones de los transportes. Dirígete a la isla de Sark, donde no hay coches ni camiones, pero sí bicicletas y carruajes con los que podrás dar una vuelta y contemplar sus hermosos paisajes atlánticos. Aunque se trata de una isla ajena al tiempo, está totalmente inserta en él.
4. Itinerarios en tren: encarrilando tu viaje
Escápate de la rutina cambiando el traqueteo del día a día por el del tren. De hecho, este medio de transporte tiene la capacidad de ofrecernos un momento de suspensión durante nuestro viaje, en el que se mezclan el desplazamiento (naturalmente), los descubrimientos y los encuentros con gente local. Por eso, para atravesar un país y descubrirlo «desde dentro», te sugerimos que llegues con tiempo al andén de la estación, te subas al cacharro (o a su versión moderna de alta velocidad) y te dejes llevar.
Por el norte en tren
Viaja de sur a norte (y viceversa) del círculo polar a bordo de un tren noruego y pasa, en cuestión de minutos, de los gigantescos fiordos a unas montañas espectaculares. En total hay unas 8 vías, algunas de las cuales constituyen los recorridos en tren más hermosos del mundo. Si tomas la línea Nordland o la de Bergen, descubrirás una cara diferente en el país del sol de medianoche.
Canadá, un recorrido totalmente loco
Es un país tan grande que, en realidad, tiene bastente lógico lo de usar el tren. Si quieres evitar el exceso de emisiones de CO2 en tu lugar de destino, este es el medio de transporte con el que moverte por allí. Del Atlántico al Pacífico, o a la inversa, podrás seguir la línea canadiense, que atraviesa las Montañas Rocosas, o la línea oceánica, que conecta Montreal con Halifax pasando por Saint-Laurent.
Tailandia para disfrutar de las vistas desde el vagón
Tailandia es conocida por sus medios de transporte poco convencionales, ¡como el divertidísimo tuktuk! Suele ser menos conocida su red ferroviaria, que gracias a su considerable densidad permite llegar a gran parte del país. Entre las cuatro líneas principales se encuentra la más utilizada, que conecta Bangkok y Chiang Mai, en el norte. Pero te aconsejamos también las conexiones entre la capital y Laos o Camboya, que te depararán agradables sorpresas y te permitirán pasarte a conocer los países vecinos. Y si eres un amante del mar y el litoral, no lo dudes: toma la línea que va dirección sur, hasta Malasia.
5. Un viaje lejos del gentío: desconéctalo todo, reconecta contigo
Es un secreto a voces. El turismo de masas es uno de los principales motivos del impacto negativo de los viajes. No es solo que deteriore los ecosistemas naturales, sino que ello altera también la vida de las poblaciones locales. Y luego está también lo de ver a 445802 desconocidos en nuestras fotos de las vacaciones... muy agradable no es, la verdad. Nos vamos lejos de todo, pero cerca de lo importante, y te contamos tres experiencias y destinos de naturaleza en los que la paz y la tranquilidad te dejarán desconectar del mundo y reconectar mejor contigo mismo. La base para un viaje más auténtico y más íntegro.
Ecuador y la soledad de la selva amazónica
Encuéntrate a ti mismo en la selva. La verdadera selva. La que alberga millones de especies, y quizá a ti también próximamente. «¿Carretera? Adonde vamos no necesitamos... carreteras» (has pillado el guiño, ¿no?). En la Reserva de Cuyabeno o en el Parque Nacional Yasuní, harás un buen tramo del trayecto en piragua para llegar a una cabaña, que será tu alojamiento. En el lugar, hay pocos o ningún enchufe, tampoco hay wifi... así que podrás dejar en casa el móvil, el ordenador y cualquier otro dispositivo electrónico. Podrás, en cambio, conectarte a la naturaleza.
Una superfauna que te dejará atónito
En medio de la nada. Solo tú, tu guía y miles de animales salvajes sueltos. Botsuana es como un zoo, pero a la inversa. Mientras estés entre las cuatro paredes de tu lodge, las cebras, antílopes, facóqueros, jirafas y varios felinos estarán deambulando por los alrededores. Y es que estás en su casa. Podrás recorrer cientos de kilómetros sin ver ningún pueblo ni un humano. En cambio, no podrás evitar encontrarte a algún peso pesado: hay unos 130.000 elefantes que viven en el país. Es un argumento de peso para hacer un tour, ¿no?
Viajar sin red para volver a empezar de cero
«¿Hola? No te escucho, ¡voy en un túnel!» Aunque en Europa quedan muy pocas zonas blancas (zonas en las que no hay cobertura), se pueden encontrar siempre alojamientos sin wifi o lugares alejados de todo, sobre todo en la montaña o en medio del bosque (las malas lenguas incluyen aquí a Murcia...). Si no, es más sencillo aún: desactiva la itinerancia de datos de tu móvil o, mejor todavía, ¡no te lo lleves! De todas las experiencias lejos de las multitudes y las redes, te aconsejamos especialmente que pases una noche en Nosy Iranja, frente a Madagascar. Los turistas abandonan la isla por la tarde y podrás sentirte un auténtico Robinson el resto del día. Podrás compartir una comida con los pescadores de la esquina y quedarte dormido con el tenue vaivén de las olas.
¿Sigues todavía aquí leyendo? ¿De verdad? Pues ¡sí que te ha gustado el artículo! Ojalá hayas encontrado un poco de inspiración para tu próxima escapada, o ideas para conciliar tus ganas de viajar y tus valores. No dudes en ponerte en contacto con nuestros expertos y expertas locales, que con mucho agrado prepararán contigo tu itinerario ideal.