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"Papá, mamá… ¿cuándo vamos a volver a Cuba?"

Por Algo Que Recordar, el

La familia viajera y bloguera Algo Que Recordar nos da en este artículo buenas razones para viajar a Cuba en familia. Porque según ellos, es siempre una idea maravillosa, y sobre todo, volver allí.
Calles de la HabanaCalles de la HabanaCalles de la HabanaCalles de la Habana

Dentro de poco se cumple un año de nuestro viaje a Cuba, pero desde que estuvimos allí, son muchas las veces que ha vuelto a nuestras conversaciones. Más allá de los atractivos turísticos, eso es lo que más nos seduce a nosotros de conocer otros países: que el destino en cuestión nos haga reflexionar sobre distintos aspectos de la vida.

Y desde luego, Cuba da para horas y horas de charla. Para opinar una cosa y días después la contraria. Para conocer historias de todos los colores y para terminar descubriendo que lo verdaderamente difícil, es quedarse con “una única Verdad”. Porque eso no existe en ningún lugar del mundo y menos, cuando nuestro paso por allí dura unas escasas 5 semanas.

K y Lucía en CubaK y Lucía en CubaK y Lucía en CubaK y Lucía en Cuba

Es entonces, cuando en medio de una de esas conversaciones escuchamos una vez más la vocecita de nuestro hijo con un… “peroooo ¿cuándo vamos a volver a Cuba?” Entre todos los destinos que visitamos en 2019 viajando en familia, Cuba nos atravesó el alma a los tres de una forma única.  De hecho, cuando la gente nos pregunta por un buen destino para estrenarse fuera de Europa como familia viajera, esa larga isla del Caribe está siempre en nuestra lista de recomendados.

Y te preguntarás… “¿No era Cuba ese país de la pulsera y el resort en el que tumbarse a la bartola a tomar el sol? o ¿Hace falta chuparse un vuelo de tantas horas para eso sabiendo que mucho más cerca también tenemos esas opciones?”. Sí y no. Entonces, ¿qué tiene Cuba que la hace un lugar tan interesante para viajar con niños?

Calles en CubaCalles en CubaCalles en CubaCalles en Cuba

Hablemos de las razones de peso (pesado) que van a ir directas a tu córtex cerebral:

  • Es un destino con bastantes ofertas de avión + alojamiento pensión completa y que uno se puede permitir sin necesidad de ser millonario.

  • Hay paquetes que permiten combinar alojamiento en la Habana para recorrerla por libre + hotelazo en cualquiera de los Cayos, donde terminar unos días vuelta y vuelta.

  • Es un destino muy seguro, que maneja algunos de los índices de criminalidad más bajos del mundo y con un régimen especialmente protector con los extranjeros.

  • Es un país bastante sencillo para recorrer por libre, con mucha oferta de alojamientos particulares que según nuestra experiencia, fueron siempre lugares muy limpios y con personas muy atentas para ayudarnos a resolver cualquier necesidad que tuviéramos en el viaje.

  • Aunque internet existe, no vas a tener acceso a la red las 24 horas del día. Esto convierte a Cuba en un lugar ideal para desconectar y conectar con lo que de verdad importa.

Podríamos seguir con la lista, pero ya te avanzamos que un año después, nunca hemos vuelto a hablar entre nosotros de ninguno de estos factores racionales que a priori, pueden ser definitivos a la hora de elegir un destino en familia. Así que vamos a hablar de todo “lo otro”.

Los momentos que vuelven una y otra vez a nuestras cabezas. Lo que hace que nuestro hijo que ahora tiene 3 años, haya integrado en su vocabulario frases como “bajando, bajando que está nevando”. Los momentos que se cuelan directamente en el corazón de un niño y por ende, de los que viajamos con él. De todos ellos, te compartimos estos tres…

Músico callejero en CubaMúsico callejero en CubaMúsico callejero en CubaMúsico callejero en Cuba

Formar parte de clases de baile para niñas

Como la mayoría de las experiencias que nos llevamos de Cuba, es algo que sucedió por casualidad. Paseando por el centro de Viñales, llegamos a una clase de baile en la que K, quiso entrar. Lo que en otros lugares del mundo hubiera desencadenado otra serie de cuestiones, allí simplemente sucede. Al terminar la clase, la profesora nos preguntó si queríamos llevarle el resto de los días para que formara parte de todo aquello y eso fue lo que hicimos. Así de sencillo. No hubo más preguntas. No hubo dinero de por medio. No hubo que rellenar ningún formulario. Simplemente estar y si estás, se cuenta contigo como uno más.

De la misma manera fuimos bienvenidos en muchos más lugares. Lo que nos llevó a presenciar una campaña de vacunación en los colegios, a escuchar los ensayos  de varios grupos musicales, a ser invitados a café en varias casas y hasta a un velatorio. Siempre nos invitaron a formar parte y si algo le gusta a un niño, es sentir que es tenido en cuenta.

K en una clase de baile en CubaK en una clase de baile en CubaK en una clase de baile en CubaK en una clase de baile en Cuba

Escuchar música en directo a diario

La música forma parte de la esencia del país y se puede escuchar a cualquier hora. Hay momentos del día en los que se superponen los ritmos de los diferentes grupos y se escucha el “tac-tac-tac… tac-tac” de las claves en cada esquina.

Antes, en varias ocasiones, durante y también después, K tuvo oportunidad de tocar las congas, el contrabajo, las maracas, el güiro y hasta un saxofón… Aunque el instrumento era el medio de vida de los músicos, estaban dispuestos a invertir tiempo en enseñárselo a un niño de 2 años y lo más sorprendente, en dejar que lo tocara. El significado de la propiedad, del tiempo y de la generosidad, es diferente en Cuba. Volvimos cargados de pequeños regalos que le iban haciendo por todas partes, cada vez que veían que mostraba interés por la música.

K con un músico callejeroK con un músico callejeroK con un músico callejeroK con un músico callejero

Jugar en las plazas y en las casas, al estilo de antes

Es cierto que en nuestros pueblos, sigue siendo normal que los niños puedan todavía pasar horas y horas jugando en la calle, pero en Cuba, esta idea va un poco más allá. Además de que todo el espacio es para ellos, sucede que los niños juegan al estilo de antes. Sin grandes juguetes supersónicos. Hay una pelota compartida por veinte, un puñado de canicas, unas chapas, un palo, una montaña de arena, un puñado de hojas y mucha imaginación.

Con tan pocas cosas, se producen muy pocos conflictos y los grupos de juego además son bastante variados en edad. Los mayores se encargan de los pequeños y en seguida incluían a K en sus juegos. A veces, terminaba pasando tardes enteras en casas de otros niños y otras, eran ellos los que se venían a la nuestra.

Niños jugando en las calles de CubaNiños jugando en las calles de CubaNiños jugando en las calles de CubaNiños jugando en las calles de Cuba

Por experiencia sabemos que la imagen que te llevas de un país, poco tiene que ver de cuando viajas en solitario, a en pareja o con amigos y por eso, no todos los destinos son igual de interesantes dependiendo del momento vital en el que uno se encuentre.

Por eso, aunque es cierto que la arena y las playas del Caribe son únicas, si además de unos días con todo incluido, buffet 24 horas, playa y piscina con animadores buscáis echarle “algo más” a las vacaciones en familia, entonces id a Cuba. Y estad preparados, porque ese “algo más” puede que venga seguido de preguntas del tipo “¿cuándo vamos a volver a Cuba?” unos meses después.